¿Qué es el botox?

La toxina botulínica, más comúnmente conocida por uno de sus nombres comerciales, Botox – primera marca que comercializó este fármaco – es una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum y que tiene la capacidad de producir parálisis muscular temporal.

Esta toxina es muy utilizada en numerosas aplicaciones clínicas, no solo estéticas si no también terapéuticas. Así, se utiliza en medicina para el tratamiento de numerosas afecciones, como pueden ser:

  • El tratamiento de la hiperhidrosis, que es una sudoración excesiva en axilas, manos y pies. Con ella se logra disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas y disminuir este exceso de sudoración.
  • El control del blefaroespasmo o contracción intermitente e involuntaria de la musculatura que rodea al ojo.
  • Otras distonías y espasmos que puedan padecer los pacientes.

En el campo de la medicina estética, la toxina botulínica es probablemente uno de los mejores tratamientos de los que se dispone en la actualidad. Su utilidad radica en su gran capacidad de reducir las arrugas de expresión del tercio superior del rostro: frente, entrecejo y patas de gallo.

Entre las ventajas que ofrece frente a otros tratamientos, la toxina botulínica destaca por:

  • Evitar la cirugía
  • Se puede aplicar en cualquier época del año
  • Es una técnica prácticamente indolora
  • Sus efectos aparecen en pocos días y se prolongan entre cuatro y seis meses
  • Apenas tiene contraindicaciones
  • Raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas

Para su uso con fines estéticos, se lleva a cabo una técnica de infiltración de pequeñas dosis de toxina en la musculatura de la zona que se desee tratar, produciendo su relajación y disminuyendo el movimiento de dicha musculatura. Como consecuencia, se produce un alisado de las arrugas de expresión al tiempo que se previene la aparición de nuevas líneas.

Como cualquier tratamiento médico, es fundamental que la toxina sea administrada por un especialista conocedor de la anatomía facial y con formación específica en este tratamiento. Esto es lo que va a marcar la diferencia entre un resultado adecuado, con un rostro descansado y rejuvenecido, frente a los rostros sin expresión y con exceso de toxina administrada que tan mala fama le dan ocasiones a este tratamiento.

Si estas pensando en rejuvenecer tu rostro, disminuir las lineas de expresión o prevenir su aparición, en Anthea estudiaremos tu caso y te aconsejaremos sobre el tratamiento con toxina botulínica que más te puede favorecer en función de tus necesidades. Además, podemos ayudarte a elegir los tratamientos que harán que te sientas y te veas mejor.

¡No lo dudes! Pide tu cita y ven a vernos a nuestra clínica.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *