Hablemos de hiperlaxitud vaginal

A lo largo de la vida los órganos sexuales femeninos experimentan muchos cambios. Un momento muy importante es el parto, que puede llegar a transformar la vagina por completo, provocando la llamada hiperlaxitud vaginal. Ésta aparece como consecuencia del estiramiento que sufren los músculos del suelo pélvico y la propia vagina durante la salida del bebé y provoca que se pierda fuerza muscular, elasticidad y firmeza en las paredes vaginales. En ausencia de tratamiento, el problema puede acrecentarse llegada la menopausia.

La consecuencia inmediata de los cambios en la elasticidad vaginal es la disminución de la sensibilidad en las relaciones sexuales.

Además, con el paso del tiempo pueden añadirse síntomas como incontinencia urinaria, sequedad vaginal, prurito…

Aunque el parto y la menopausia son las causas más frecuente de este problema, en ocasiones se relaciona con otros factores, como la la obesidad o la práctica de deportes de impacto

Pero, ¿tiene solución?

Sí,  en Anthea contamos con el Láser de CO2 fraccionado, perfecto para mejorar este tipo de problemas. Numerosos estudios avalan su seguridad y nivel de eficacia sin aparición de efectos adversos significativos.

La energía láser actúa por hipertermia, es decir, calienta el tejido a una profundidad controlada de 100 micras pudiendo llegar a alcanzar 65 ºC de temperatura. Como consecuencia se produce una mejoría en la calidad y formación del colágeno en la zona tratada, lo que se traduce en un aumento en el grosor y la elasticidad de la mucosa vaginal. Así, tras el tratamiento la paciente nota mejoría no solo en la laxitud de la vagina, sino en otros síntomas acompañantes como la sequedad, el purito, el escozor al orinar, el ardor y el dolor en las relaciones sexuales.

Debido a la versatilidad del Láser CO2 con el que contamos en Anthea, podemos ofrecer tratamiento a un amplio abanico de problemas ginecológicos, y no solo a la hiperlaxitud. Pero para eso, es necesario realizar un adecuado diagnóstico y diseño del tratamiento, por lo que es fundamental ponerse en manos expertas.

El número de sesiones necesarias variará en función de cada paciente, pero, por norma general, son necesarias entre dos y cinco sesiones, separadas entre 4 y 6 semanas.

Después de casa sesión, la paciente tiene que evitar mantener relaciones sexuales los días inmediatamente posteriores, los baños de inmersión, las saunas y la ropa ajustada. Además, recomendamos que la ropa interior a utilizar sea de algodón.

La mejoría no aparece inmediatamente, dependerá del tipo de dolencia a tratar. Normalmente comenzarás a notar mejoría aproximadamente un mes después de comenzar el tratamiento. Recomendamos tener paciencia y siempre hacer caso al especialista que te trate.

Así que, no lo dudes más, invierte en salud y calidad de vida, acude a la clínica Anthea. Allí contarás con la ayuda de ginecólogas profesionales que te asesorarán de manera inmejorable.