Radiofrecuencia

Dentro de la medicina estética, una de las técnicas más utilizadas para combatir la flacidez es la radiofrecuencia.

A través de radiaciones electromagnéticas se consigue el calentamiento de las diferentes capas de la piel, llegando hasta las más profundas, pero sin dañar la epidermis. Este método produce la retracción del colágeno y de las fibras envejecidas dando lugar a nuevas fibras, aportando a la piel un aspecto más terso y firme.

Al actuar desde dentro de la piel, la radiofrecuencia favorece:

-La formación de colágeno, lo que aporta al tejido firmeza y elasticidad

-La migración de fibroblastos, lo que refuerza la estructura del colágeno

-Mejora la circulación de la piel y el tejido subcutáneo.

Como ocurre con otros tratamientos la duración de éste y las sesiones que se necesiten dependerá de cada paciente y de los resultados que se quieran conseguir. Habitualmente, son necesarias entre cuatro y diez sesiones en función de la zona que se trate y los efectos empiezan a lograrse al mes del inicio del tratamiento.

La radiofrecuencia no requiere uso de anestésicos tópicos ya que no es una técnica dolorosa, la paciente experimenta calor que se puede ir modulando en función de su percepción.

Al finalizar el tratamiento, el paciente puede experimentar enrojecimiento de la zona tratada, pero desaparecerá transcurrido unas horas.

Es un método eficaz que tiene pocas contraindicaciones, no obstante como todo tratamiento requiere de una completa historia clínica.

Como siempre en medicina estética, la asociación de varios tratamientos conlleva un efecto mayor y más duradero, y en este sentido la radiofrecuencia puede combinarse con otras muchas técnicas.

En Anthea Medicina Estética contamos con la última tecnología para los tratamientos de radiofrecuencia, y con un equipo doctoras especializadas que estudiarán tu caso y te aconsejarán sobre esta técnica.

Si quieres más información visita nuestra web o ponte en contacto con nosotras a través de los siguientes teléfonos: 91 729 55 13, 682 860 286.

 

Sequedad vaginal

La sequedad vaginal es la consecuencia de la ausencia de una adecuada hidratación y lubricación de la mucosa vaginal y conlleva la aparición de numerosos síntomas, como dolor y dificultad para mantener relaciones sexuales, sensación de ardor, escozor y molestias en la zona genital y escozor al orinar.

El mantenimiento de la salud vaginal depende de dos factores, la flora vaginal y la mucosa.

La flora vaginal es un conjunto de bacterias que pueblan la vagina de forma natural, contribuyendo al adecuado mantenimiento de su pH y evitando la infección por otros patógenos.

La mucosa, por su parte, es  el tejido que recubre la vagina y cuyo correcto mantenimiento depende fundamentalmente de una hormona, los estrógenos.

Cuando uno de estos dos factores se ve alterado, aparece una disminución en la producción de flujo vaginal y en la hidratación de su mucosa.

Durante la menopausia, con el cese de la función ovárica, se produce una importante disminución en la producción de estrógenos, que tiene como consecuencia el adelgazamiento y falta de lubricación de la mucosa vaginal. Por eso, hasta el 40% de las mujeres en menopausia sufren sequedad vaginal en mayor o menor grado.

Sin embargo, este no es un problema exclusivo de la menopausia, puede aparecer en otras etapas de la vida, como son el postparto y el puerperio, sobre todo durante la lactancia materna, ya que en esta etapa también hay una disminución en la producción de estrógenos.

Existen también tratamientos médicos que puede producir sequedad vaginal, como los anticonceptivos hormonales, los tratamientos hormonales para el cáncer de mama o la endometriosis.

La radioterapia y la quimioterapia pueden también afectar a la salud vaginal, favoreciendo que la mucosa se adelgace y seque.

No debemos olvidar que la sequedad  vaginal puede tener también un componente psicológico, que se manifiesta durante las relaciones sexuales en forma de falta de lubricación y con la ausencia o disminución de la libido.

Alternativas a la sequedad vaginal

Para acabar con las molestias relacionadas con la sequedad vaginal, existen numerosas alternativas.

Por un lado, es importante señalar que las mujeres con una vida sexual activa presentan menos sequedad vaginal, independientemente de su edad. Mantenerse activa favorece la correcta salud vaginal y retrasa o evita la aparición de problemas en la mucosa.

Es fundamental realizar una adecuada higiene diaria, sin excesos ni duchas vaginales y utilizando jabones con un pH adecuado para esta zona. El uso de desodorantes y geles con perfumes, además de producir alergias, puede alterar la flora vaginal y favorecer la aparición de infecciones y sequedad.

Para aliviar los síntomas de la sequedad, se pueden aplicar numerosos preparados en forma de cremas, geles, óvulos… los mas sencillos contienen sustancias hidratantes y regeneradoras y serán útiles en los casos más leves. En casos más avanzados, habrá que recurrir a cremas con estrógenos, siempre bajo prescripción del médico.

Para aquellas mujeres que no desean depender de la aplicación de cremas, cuando éstas no son suficientes y en los casos en los que no se pueden usar hormonas, existen en la actualidad tratamientos que permiten devolver la juventud a la mucosa vaginal y favorecer su hidratación y lubricación de forma natural y duradera.

Estos tratamientos son la radiofrecuencia y el láser. Aplicados en manos expertas y bajo control médico, permiten obtener resultados muy satisfactorios y duraderos en el tiempo.

Si quieres un asesoramiento completo, no dudes en solicitar una cita en nuestra clínica  donde estudiaremos tu caso y te aconsejaremos sobre los mejores tratamientos.

10 Falsos mitos de los anticonceptivos

La píldora anticonceptiva es uno de los métodos más utilizados y también uno sobre los que más falsos mitos existen. En primer lugar hay que tener en cuenta que los efectos pueden variar dependiendo del tipo de píldora y de cada mujer. Por eso siempre recomendamos consultar con un especialista antes de iniciar cualquier tratamiento. Aún así, hay ciertas creencias que se han extendiendo en torno a las píldoras anticonceptivas y en este artículo queremos aclarar.

Mito 1: Las pastillas engordan

No es cierto que las píldoras anticonceptivas engordan, algunas mujeres pueden experimentar un aumento de peso debido a la retención de líquidos, pero no suele superar los 1-2 Kg y con los nuevos anticonceptivos que llevan un gestágeno con efecto antimineralocorticoide ésta retención puede evitarse. Aún así, suele ser transitorio.

Mito 2: Cualquier pastilla funciona para cualquier mujer

Existen muchas composiciones diferentes en las distintas marcas de anticonceptivos , ya que incluyen otros efectos además de la anticoncepción. Son estos componentes los que diferencian una píldora de otra, y por tanto una vez historiada la paciente el médico podrá indicar la más apropiada en cada caso.

Mito 3: No tienen efectos adversos

Es falso que los anticonceptivos actuales no tengan efectos adversos. Como todas las medicaciones, presentan algunos efectos secundarios y por ello es imprescindible acudir a un médico antes de comenzar a tomarlas. El efecto secundario más grave pero muy poco frecuente es la alteración de los parámetros de coagulación que puede conllevar a la producción de trombosis o embolias. Hay ciertas patologías de base que pueden aumentar este riesgo como son la hipertensión arterial, la obesidad, diabetes o el tabaco.

Por eso en estos casos, hay que individualizar y ver qué opciones de anticoncepción existen ya que hay píldoras de solo gestágenos que serían recomendadas. Otros efectos secundarios menos graves son la aparición de vello o acné en algunas mujeres. Aunque en algunos casos tiene el efecto contrario llegando incluso a estar indicadas para el tratamiento de estas patologías.

Por eso volvemos a insistir en la necesidad de visitar un médico antes de iniciar el anticonceptivo pues dependiendo de las características de la paciente elegiremos una u otra para no sólo conseguir un efecto anticonceptivo sino otros efectos beneficiosos para la paciente. Las cefaleas, o dolores de cabeza, pueden ser otros efectos de las pastillas anticonceptivas, si una paciente sufre cefaleas antes de iniciar este tratamiento pueden empeorar sobre todo durante el comienzo del tratamiento.

Mito 4: Las pastillas producen cáncer

No ser ha podido demostrar larelación entre los anticonceptivos tomados durante pocos años y el cáncer de mama pese a la publicación de múltiples estudios al respecto. En determinadas pacientes con antecedentes familiares de cáncer de mama habrá que individualizar y ver si existen otras opciones anticonceptivas más seguras, pero no hay una contraindicación de la toma de los mismos. En cuanto al cáncer de ovario, múltiples estudios demuestran que los anticonceptivos disminuyen la incidencia de este al dejar los ovarios en reposo durante largos períodos de tiempo.

Mito 5: Los anticonceptivos reducen la fertilidad posterior

Los anticonceptivos no reducen la fertilidad posterior. Al dejar las pastillas anticonceptivas la ovulación suele aparecer de inmediato en la mayoría de las mujeres, aunque en un pequeño porcentaje de ellas puede tardar algunos meses en aparecer, frecuentemente en las mujeres que ya tenían problemas previos de ovulación.

Mito 6: No son incompatibles con otra medicación

La mayoría de medicaciones no interfieren con los anticonceptivos pero algunas como ciertos antibióticos o antiepilépticos sí que lo hacen y por ello es siempre necesario consultar con el médico antes de tomar cualquier otra medicación y saber si disminuye la eficacia anticonceptiva o bien de la medicación concomitante.

Mito 7: La semana de descanso no estás protegida

La semana en la que no se toman pastillas anticonceptivas en los blisters de 21 pastillas o bien que se toman las pastillas de placebo en los de 28 pastillas se está igualmente protegida de un posible embarazo.

Mito 8: Por un olvido no pasa nada

Los olvidos, aunque sean de una sola pastilla, reducen la eficacia anticonceptiva del tratamiento por lo que se debe utilizar un método adicional (generalmente preservativo) para evitar un posible embarazo.

Mito 9: Si tomas pastillas no puedes usar otros métodos anticonceptivos

No es cierto. Los anticonceptivos orales tomados correctamente protegen muy eficazmente de los embarazos no deseados, pero no protegen de las enfermedades de transmisión sexual por lo que se recomienda que en relaciones de riesgo se utilice siempre el preservativo.

Mito 10: Se tienen que hacer descansos de las pastillas anticonceptivas

No se ha comprobado que sean necesarios los descansos de las pastillas anticonceptivas. De hecho en general los efectos secundarios de la toma de anticonceptivos suele ser al inicio de la toma por lo que los descansos son contraproducentes.Es muy importante hacer una revisión ginecológica anual y una analítica anual para comprobar que la coagulación, el colesterol, el azúcar y las funciones renal y hepática estén correctas. Se debe tener muy claro que si se interrumpe el tratamiento la eficacia anticonceptiva desaparece.

No todos los anticonceptivos, como hemos mencionado anteriormente, son iguales ni resultan adecuados para todas las mujeres, por lo que se aconseja consultar con un especialista antes de empezar cualquier tratamiento anticonceptivo y llevar un seguimiento ante la aparición de efectos secundarios.

En Anthea medicina estética estudiaremos tu caso y te asesoraremos sobre el tratamiento más adecuado para tus necesidades.

PEELING FACIAL DE VITAMINA C

La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble, imprescindible para la síntesis de fibras de colágeno y el correcto desarrollo y reparación de los tejidos después de algún daño.

El cuerpo no puede producir vitamina C ni tampoco almacenarla, por lo que es muy importante incluir en la alimentación, alimentos que la contengan. Hay muchos alimentos que contienen vitamina C como los cítricos, el kiwi, la col rizada, el brócoli o las fresas.

La vitamina C activa en la piel la síntesis de colágeno y es un reparador de la epidermis, que es la capa más superficial de la piel. Al producir colágeno vamos a conseguir mejorar la textura de la piel, suavizar las arrugas, y unificar el tono. Además, la vitamina C es un potente antioxidante que neutraliza parte del daño causado por los radicales libres, que se acumulan dentro del proceso de envejecimiento.

Los tratamientos faciales con vitamina C consiguen mejorar la textura y suavidad de la piel, retrasar los signos del envejecimiento, disminuir la profundidad de las arrugas, aterra las líneas de expresión y aportar luminosidad.

Una de las mejores formas de aplicar la vitamina C en la piel de la cara es mediante un tratamiento de peeling y mascarilla que la contenga, que nos va a aportar hidratación y luminosidad a nuestra piel. Además se puede reforzar su efecto mediante la aplicación de ampollas de vitamina C en formato monodosis en casa.

Para realizar este tratamiento en Anthea pide cita a través de los teléfonos 91 729 55 137 682860286 o vía email en anthea@anthea-estetica.com.